La publicidad y las relaciones públicas son dos actividades muy distintas, con ámbitos de competencia diferentes, pero que se valen las dos de la comunicación. Esta es la materia prima.
De tal insumo se deben desprender elementos para convertirlos en herramientas muy precisas para los objetivos de cada disciplina, es decir, si nos remitimos al terreno de las marcas de un producto o servicio, hoy en día con la segmentación cada vez más específica de los mercados, las marcas mismas pueden presentar diferentes versiones de un mismo producto, dirigidas a un público distinto.
He aquí una clave más para definir si usamos publicidad o relaciones públicas. Pensemos en las marcas Premium, aquellas que ofrecen productos o servicios de excelencia, exclusivos, de calidad por encima del promedio, con valores agregados y por supuesto, con precios elevados, entre otras características. El primer paso es qué vamos a decir de nuestro producto o servicio, inmediatamente después definimos quienes son nuestras audiencias objetivo y enseguida que canal de comunicación utilizaremos para difundir el mensaje.
La publicidad en términos generales cumple con efectos de masividad, pero es una herramienta que implica una inversión mayor, sobre todo en la contratación de pauta en los medios de comunicación, adicionalmente a los servicios creativos, de ejecución, de producción, etc. Para una marca o producto Premium es más importante la especificidad de la audiencia objetivo y el contacto personal con su target, donde de entrada está descartada la publicidad.
Otra diferencia importante es el presupuesto, si bien podemos tener una inversión importante en actividades de relaciones públicas, casi nunca se podrá comparar con la publicitaria.
Recapitulando: Tenemos un producto o servicio Premium, un mensaje que difundir, una audiencia objetivo bien definida (personas de un nivel socio-cultural alto, factor más importante que el poder adquisitivo), un presupuesto que optimizar, ahora es el momento de diseñar la estrategia para hacer llegar el mensaje a nuestro público. Las relaciones públicas tienen la virtud de presentar una gama amplia de actividades muy precisas de contacto muy cercano y efectivo con las audiencias target, más allá de la relación, como erróneamente se piensa, sólo con medios de comunicación y periodistas a quienes se les convoca a conferencias de prensa o se les envían comunicados.
En resumen, las relaciones públicas no venden, por medio de los dos activos más importantes que tiene la actividad: información y la verdad, se diseñan mensajes para audiencias muy específicas, las relaciones públicas no son un simple contacto y atención a las personas, son un trabajo complejo de estrategias de comunicación para decir quién es y qué hace una persona o una organización.
De tal insumo se deben desprender elementos para convertirlos en herramientas muy precisas para los objetivos de cada disciplina, es decir, si nos remitimos al terreno de las marcas de un producto o servicio, hoy en día con la segmentación cada vez más específica de los mercados, las marcas mismas pueden presentar diferentes versiones de un mismo producto, dirigidas a un público distinto.
He aquí una clave más para definir si usamos publicidad o relaciones públicas. Pensemos en las marcas Premium, aquellas que ofrecen productos o servicios de excelencia, exclusivos, de calidad por encima del promedio, con valores agregados y por supuesto, con precios elevados, entre otras características. El primer paso es qué vamos a decir de nuestro producto o servicio, inmediatamente después definimos quienes son nuestras audiencias objetivo y enseguida que canal de comunicación utilizaremos para difundir el mensaje.
La publicidad en términos generales cumple con efectos de masividad, pero es una herramienta que implica una inversión mayor, sobre todo en la contratación de pauta en los medios de comunicación, adicionalmente a los servicios creativos, de ejecución, de producción, etc. Para una marca o producto Premium es más importante la especificidad de la audiencia objetivo y el contacto personal con su target, donde de entrada está descartada la publicidad.
Otra diferencia importante es el presupuesto, si bien podemos tener una inversión importante en actividades de relaciones públicas, casi nunca se podrá comparar con la publicitaria.
Recapitulando: Tenemos un producto o servicio Premium, un mensaje que difundir, una audiencia objetivo bien definida (personas de un nivel socio-cultural alto, factor más importante que el poder adquisitivo), un presupuesto que optimizar, ahora es el momento de diseñar la estrategia para hacer llegar el mensaje a nuestro público. Las relaciones públicas tienen la virtud de presentar una gama amplia de actividades muy precisas de contacto muy cercano y efectivo con las audiencias target, más allá de la relación, como erróneamente se piensa, sólo con medios de comunicación y periodistas a quienes se les convoca a conferencias de prensa o se les envían comunicados.
En resumen, las relaciones públicas no venden, por medio de los dos activos más importantes que tiene la actividad: información y la verdad, se diseñan mensajes para audiencias muy específicas, las relaciones públicas no son un simple contacto y atención a las personas, son un trabajo complejo de estrategias de comunicación para decir quién es y qué hace una persona o una organización.
0 comentarios:
Publicar un comentario