En la pasada contingencia sanitaria que vivimos los mexicanos, fue fundamental el papel de la máxima autoridad de salud de nuestro país. En la persona del Dr. José Ángel Córdova Villalobos recayó una amplia responsabilidad, no sólo de su ámbito de competencia, incluso el presidente de la República en un decreto firmado de puño y letra, confirió facultades extraordinarias al secretario de Salud para encabezar los esfuerzos para mitigar lo que se pudo convertir en una pandemia.
Y… ¿La Información?
Y precisamente este factor es uno de los más importantes en una situación crítica, de un lado tenemos a un vocero oficial, es decir, la vía más precisa y acreditada para dar cuenta del suceso y su evolución, a la sociedad entera. Por otra parte, se encuentran los medios de comunicación y sus representantes quienes son un intermediario de la información que la población demanda conocer por algún canal.
Si hiciéramos un balance muy conservador y desde un punto de vista técnico, el manejo de la información durante la contingencia, parece no haber dejado satisfecho a nadie y explico: una de las herramientas más inmediatas para difundir un mensaje de la importancia de esta crisis, amerita una conferencia de prensa que convoca en un mismo sitio y a un tiempo a distintos medios de comunicación, sin embargo las circunstancias donde la noticia es que nos enfrentamos a un peligro, hacen de la información, el mensaje mismo y hasta la logística de la reunión una tarea compleja porque todos los periodistas quieren ser atendidos para ser los primeros en llevar la nota a su medio, todos y cada uno tienen preguntas muy específicas y legítimas, pero el tiempo siempre es nuestro enemigo.
Ahora, consideremos que el vocero no sólo tiene esta responsabilidad, él atiende varios frentes. En las instituciones oficiales, en general, el vocero oficial no es el director de comunicación social, la mayoría de las veces es el propio titular de la dependencia quien otorga entrevistas y hace declaraciones a la prensa. Y en este sentido puedo afirmar que el secretario Córdova Villalobos tuvo muchos altibajos en cada uno de los programas de televisión y radio donde apareció, en declaraciones que hizo en conferencia de prensa y en otros momentos y seguramente debido a que su equipo de comunicación no funcionó de la manera más adecuada.
Los altibajos se reflejaron en la inconsistencia de cifras, en la desesperación que mostró cuando las preguntas de los reporteros eran reiterativas y con dejos de duda y en la falta de precisión para explicar de manera sencilla el comportamiento del virus.
En conclusión, tanto vocero como periodistas alimentaron la de por si arraigada afición de los mexicanos por la especulación y la falta de capacidad de análisis para evaluar con cuidado los mensajes, para muchas personas fue fácil negar sistemáticamente la existencia del germen, por supuesto sin fundamentar su dicho.
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