
“Es ella, si, es ella-siguió diciéndose-, es ella, es la misma, es la que buscaba hace años, aún sin saberlo; es la que me buscaba. Estábamos destinados uno a otro en armonía preestablecida; somos dos monadas complementaria una de la otra…¡Eugenia mi Eugenia! –Se dijo-El amor es un éxtasis; nos saca de nosotros mismos” (Miguel de Unamuno, “Niebla” 2006)
Así es como reaccionó “Agusto” al reconocer que estaba enamorado de Eugenia, la identifica como única de entre miles para proclamarla dueña de sus pensamientos y de su corazón, obviamente Augusto es el protagonista de una novela llamada “Niebla”, pero ¿qué tan alejados estamos de la realidad? cuando tenemos ese inexplicable deseo espasmódico de encontrar, de ver, de estar con esa persona, de hablarle, entonces es cuando se reconoce , conseguimos darle un nombre a estas extrañas necesidades que surgen de la nada “estamos enamorados”.
Y ¿Qué significa estar enamorados? La teoría psicoanalítica nos dice que el enamoramiento es el producto de una sexualidad reprimida que, en un momento dado, emerge de forma explosiva, idealizando al objeto, por lo tanto no es de sorprender que al igual que Augusto los primeros síntomas sean que podamos ser capaces de incluso conformarnos con una mirada, una charla de cinco minutos, todo con tal de que provenga de esa persona que nos ha movido el tapate y como si fuera poco lo vivimos como máxima experiencia , de allí que idealicemos tanto a esa persona .
Ahora bien no tomemos estas experiencias tan típicas como un fin, si no como un medio ya que el enamoramiento no es solo la explosión de estas inexplicables emociones que nos invaden , es una maduración, el paso a una vida de dos, a una comunidad que será tanto erótica-amorosa adulta. Nos enamoramos cuando estamos dispuestos a variar, a dejar la experiencia cotidiana y desgastada y tenemos el impulso para cambiar de aires, cuando estamos dispuestos a explotar capacidades y habilidades que no habías explorado antes y además introducirnos en mundos que aún no conocemos, realizar sueños y proyectos no realizados.
Todos conocemos gente que nos dice que se enamora cada día, de todas las mujeres, de todo el que hable bonito y también a aquel hombre o mujer que de ser un Don Juan o una empedernida rompecorazones nos dan la sorpresa de estar profundamente enamorados , esto nos podría confundir y pensaríamos que cualquiera se enamora en el momento que decida, solo es cuestión de experimentar , pero no es así, en el primer caso, esas personas dan el nombre de enamoramiento a la improvista aparición de atracción, de un deseo erótico y el segundo caso estas personas que siempre habían renunciado al amor por miedo a arriesgarse, ahora pueden realizar un acto de maduración que habría que haber tenido que ocurrir en toda la variedad de encuentros y aventuras anteriores.
El enamoramiento es un deseo por cambiar la vida, cuando hay un rechazo al pasado y deseo de vida para hacer posible lo nuevo, con todos los riesgos que esto implica, así que para enamorarse se necesita por lo menos la “esperanza” de que se puede ser correspondido. La otra situación en que nos podemos enamorar es cuando ya lo estamos y el amor de la pareja es la fuente de nuestros deseos.
Y a todo esto de ¿Quién nos enamoramos? El psicoanálisis sostiene que de alguien que nos recuerde a las personas amadas durante la infancia, en pocas palabras la Madre y el Padre, cosa que nos lleva a discusión por lo que una versión más actualizada dice que los niños desarrollan un mapa del amor entre los cinco y ocho años y en base a sus experiencias adquiridas se hacen una imagen mental del compañero ideal, después crecemos y encontramos un compañero que cubra características similares a este posible mapa olvidado en la edad adulta.
Desde este punto de vista puede ser que de niños hayamos idealizado como compañero aun actor, a un primo, tío o deportista a quien admiraremos mucho y la persona a quien elijamos nos la recordara, pero al final de cuantas si no queremos partir de este punto, el enamoramiento es cuando encontramos a alguien que nos ayuda a realizar nuevas posibilidades, porque esa persona llego en el momento preciso y porque lo queramos ver, como lo queramos ver, es una realidad que esa persona nos parece idónea para resolver nuestra problemática existencial , que nos lleva a la búsqueda de lo nuevo.
Otra forma de enamorarse es de improvisto, en pocos días e incluso horas, de alguien a quien jamás hemos visto antes. A esta experiencia tan extraña se le llama “flechazo”, que también puede definirse como el momento mágico en que nos arrojamos a la fascinación por el otro, lo malo es que sólo se da por un momento del proceso y puede que no concluya como lo esperamos, ya que el peligro de enamorarse así , deriva del hecho de que los enamorados tengan proyectos distintos y no saberlo.
Para concluir, cuando una persona se enamora , recibe del otro un flujo interminable de información nueva , la oportunidad de ver el mundo desde otra vida, de compartir experiencias, la oportunidad de realizar nuevos proyectos, de retroalimentación, es la irrupción de nuestra vida en la del otro por un tiempo indefinido y que debemos saber, no será para siempre porque hay reconocer dos posibilidades o se evoluciona en este sentido al amor y tenemos una vida paralela a la nuestra o simplemente explotaremos la experiencia y recordar lo que fue de ella para seguir cada quien nuevos caminos.
Así es como reaccionó “Agusto” al reconocer que estaba enamorado de Eugenia, la identifica como única de entre miles para proclamarla dueña de sus pensamientos y de su corazón, obviamente Augusto es el protagonista de una novela llamada “Niebla”, pero ¿qué tan alejados estamos de la realidad? cuando tenemos ese inexplicable deseo espasmódico de encontrar, de ver, de estar con esa persona, de hablarle, entonces es cuando se reconoce , conseguimos darle un nombre a estas extrañas necesidades que surgen de la nada “estamos enamorados”.
Y ¿Qué significa estar enamorados? La teoría psicoanalítica nos dice que el enamoramiento es el producto de una sexualidad reprimida que, en un momento dado, emerge de forma explosiva, idealizando al objeto, por lo tanto no es de sorprender que al igual que Augusto los primeros síntomas sean que podamos ser capaces de incluso conformarnos con una mirada, una charla de cinco minutos, todo con tal de que provenga de esa persona que nos ha movido el tapate y como si fuera poco lo vivimos como máxima experiencia , de allí que idealicemos tanto a esa persona .
Ahora bien no tomemos estas experiencias tan típicas como un fin, si no como un medio ya que el enamoramiento no es solo la explosión de estas inexplicables emociones que nos invaden , es una maduración, el paso a una vida de dos, a una comunidad que será tanto erótica-amorosa adulta. Nos enamoramos cuando estamos dispuestos a variar, a dejar la experiencia cotidiana y desgastada y tenemos el impulso para cambiar de aires, cuando estamos dispuestos a explotar capacidades y habilidades que no habías explorado antes y además introducirnos en mundos que aún no conocemos, realizar sueños y proyectos no realizados.
Todos conocemos gente que nos dice que se enamora cada día, de todas las mujeres, de todo el que hable bonito y también a aquel hombre o mujer que de ser un Don Juan o una empedernida rompecorazones nos dan la sorpresa de estar profundamente enamorados , esto nos podría confundir y pensaríamos que cualquiera se enamora en el momento que decida, solo es cuestión de experimentar , pero no es así, en el primer caso, esas personas dan el nombre de enamoramiento a la improvista aparición de atracción, de un deseo erótico y el segundo caso estas personas que siempre habían renunciado al amor por miedo a arriesgarse, ahora pueden realizar un acto de maduración que habría que haber tenido que ocurrir en toda la variedad de encuentros y aventuras anteriores.
El enamoramiento es un deseo por cambiar la vida, cuando hay un rechazo al pasado y deseo de vida para hacer posible lo nuevo, con todos los riesgos que esto implica, así que para enamorarse se necesita por lo menos la “esperanza” de que se puede ser correspondido. La otra situación en que nos podemos enamorar es cuando ya lo estamos y el amor de la pareja es la fuente de nuestros deseos.
Y a todo esto de ¿Quién nos enamoramos? El psicoanálisis sostiene que de alguien que nos recuerde a las personas amadas durante la infancia, en pocas palabras la Madre y el Padre, cosa que nos lleva a discusión por lo que una versión más actualizada dice que los niños desarrollan un mapa del amor entre los cinco y ocho años y en base a sus experiencias adquiridas se hacen una imagen mental del compañero ideal, después crecemos y encontramos un compañero que cubra características similares a este posible mapa olvidado en la edad adulta.
Desde este punto de vista puede ser que de niños hayamos idealizado como compañero aun actor, a un primo, tío o deportista a quien admiraremos mucho y la persona a quien elijamos nos la recordara, pero al final de cuantas si no queremos partir de este punto, el enamoramiento es cuando encontramos a alguien que nos ayuda a realizar nuevas posibilidades, porque esa persona llego en el momento preciso y porque lo queramos ver, como lo queramos ver, es una realidad que esa persona nos parece idónea para resolver nuestra problemática existencial , que nos lleva a la búsqueda de lo nuevo.
Otra forma de enamorarse es de improvisto, en pocos días e incluso horas, de alguien a quien jamás hemos visto antes. A esta experiencia tan extraña se le llama “flechazo”, que también puede definirse como el momento mágico en que nos arrojamos a la fascinación por el otro, lo malo es que sólo se da por un momento del proceso y puede que no concluya como lo esperamos, ya que el peligro de enamorarse así , deriva del hecho de que los enamorados tengan proyectos distintos y no saberlo.
Para concluir, cuando una persona se enamora , recibe del otro un flujo interminable de información nueva , la oportunidad de ver el mundo desde otra vida, de compartir experiencias, la oportunidad de realizar nuevos proyectos, de retroalimentación, es la irrupción de nuestra vida en la del otro por un tiempo indefinido y que debemos saber, no será para siempre porque hay reconocer dos posibilidades o se evoluciona en este sentido al amor y tenemos una vida paralela a la nuestra o simplemente explotaremos la experiencia y recordar lo que fue de ella para seguir cada quien nuevos caminos.
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